La evolución de los animales. IV
Resumen
Los Anuros (sapos y ranas), en su edad adulta, no tienen cola; pero durante su desarrollo se parecen á los Peces. La región caudal, ó urosoma, es larga y comprimida, y la respiración se efectúa por medio de branquias externas. Después de su metamorfosis, el cuerpo es corto, mas ó menos deprimido y sin cola, pero con cuatro patas, de las cuales, las posteriores son generalmente, como en el Hombre, mucho más desarrolladas que las anteriores. La piel es desnuda y viscosa, ya lisa, ya desigual ó verrugosa; rara vez muy endurecida y casi córnea, como en el escuerzo. La cabeza es achatada, unida al tronco sin pescuezo, pero más distinta que en los Peces; la boca es muy grande; los ojos prominentes pero retráctiles en sus órbitas y con párpados bien desarrollados. Las Ranas son de cuerpo relativamente delgado; las patas posteriores son muy largas y propias para el salto. Los dedos de los miembros posteriores están, más comúnmente, unidos por membranas natatorias. Los Sapos son más gruesos y pesados; la piel es verrugosa y las patas posteriores son poco más largas que las anteriores, de modo que no pueden saltar tanto como las Ranas.
La metamorfosis de los Anuros, es muy instructiva por el hecho de que cuanto más lentamente se verifica, tanto más perfecta es la estructura de los órganos y mayor el tamaño de la larva, ó renacuajo, con relación á la del adulto.
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