Viaje a las Misiones Argentinas y Brasileras por el alto Uruguay. II

Autores/as

  • Juan B. Ambrosetti

Palabras clave:

Arqueología, Viajes, Argentina, Brasil, Misiones, Rio Uruguay,

Resumen

Después de haber concluido el putcheron se deja secar el rozado un mes, y una vez que las hojas de los árboles derribados están bien secas, se les prende fuego por varios lados al mismo tiempo; el rozado arde como un castillo de fuegos artificiales, y á las tres horas no quedan sino los árboles gruesos humeantes que no han podido secarse bien, y los troncos clavados en el suelo, mostrando las heridas del hacha desvastadora. Enseguida de la quema se espera á que llueva, y al otro día se procede á plantar.Primero plantan maíz, del que se olvidan hasta la época de la recolección, que es á los tres meses, y al año siguiente vuelven á rozar el rozado, porque la vegetación es tan vigorosa que brota debajo del maíz de un modo asombroso; y después de vuelto á rozar y quemar, plantan el poroto; después del poroto abandonan el rozado, que queda llamándose capuera, y hacen otro.El tabaco lo plantan entre los troncos, después del maíz.Nos despedimos de don Manuel Ferrer, y seguimos nuestra marcha en medio de campos quebrados con isletas grandes de montes, separadas unos de otras; el campo estaba cubierto materialmente de barba de chivo, que todo lo invade, haciendo un extraño contraste con la tierra roja del camino.El pedregal seguía; los caballos cuando empezaba á picar el sol de Enero se hacían más perezosos, molestados á cada momento por la sabandija que allí abunda; resolvimos acampar en la costa de un arroyo.Al anochecer llegamos á la estancia del señor don Juan Antonio Rodríguez, persona sumamente simpática, que nos trató espléndidamente.Conversando con él sobre la barba de chivo, me dijo que no convenía quemarla como hacían muchos: que sola se perdía más pronto; que, a pesar de todo, cuando es tierna la comen los animales, y que también debajo de ella siempre crece un poco de gramilla.

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