Calchaquí y la epopeya de las cumbres

Autores/as

  • Adán Quiroga

Palabras clave:

Antropología sociocultural, Lingùística, Lengua calchaquí, Argentina, Catamarca,

Resumen

He dedicado mis esfuerzos á estudiar la vida y la muerte de la raza que habitó las montañas de nuestro país. El trabajo ha sido más que penoso, porque del pasado solo quedan fragmentos truncos: el rastro de la planta calchaquí en la tierra catamarcana, los restos aún visibles de fortalezas y pucaraes, las huacas con el esqueleto convertido en polvo, la crónica con páginas de hielo,  la tradición con vagas claridades.En el seno de esos montes gigantescos; en las hondonadas de esas montañas, que atraviesan el suelo de la Provincia, y que espacian en el cielo sus cabezas blanqueadas por la nieve de los inviernos ; en esas quebradas donde corre el torrente virgen y mora el cóndor; en esas colinas  siempre verdes, los tiempos han escrito en cada roca una epopeya homérica, cuyos cantos, esparcidos a los cuatro vientos, se han perdido, desde que cesó el estrépito, de hora á hora y de minuto a minuto, de las armas del castellano, que apuntaban al pecho de la raza indomable, jamás sojuzgada sino por la muerte, que dejaba una mancha de sangre en cada piedra y abría una tumba en cada pedazo de tierra.Es tiempo ya de descorrer para siempre el velo que cubre, como una espesa neblina de la cumbre, la tradición de las montañas. El historiador puede recorrer las sendas aún visibles, y entregar las rutas desaparecidas al poeta, quien se guiará por los rumores no extinguidos, por las voces confusas que se oyen de cuando en cuando, por los ayes lastimeros que brotan de los sepulcros. Si los historiadores pueden poco, los poetas lo pueden todo. Cuando la historia calla, la poesía tiene cien bocas.

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