Los morteros de Capilla del Monte (Córdoba) : contribución a la arqueología argentina

Autores/as

  • Roberto Lehmann-Nitsche

Palabras clave:

Morteros, Capilla del Monte, Córdoba,

Resumen

¿Quién no conoce ó por lo menos no ha oído hablar de las pintorescas sierras de Córdoba, refugio de todos los que necesitan un descanso de sus trabajos ó que huyen del sol ardiente del verano? Hoy en día que el ferrocarril de Córdoba pasa por el valle de la Sierra Chica, se llega con toda comodidad á una región de las más pintorescas del interior de la República y se goza en las pocas horas del viaje de todas las bellezas de un paisaje alpino. La vía férrea costea en muchas partes de su trayecto las faldas empinadas de la quebrada, por cuyo fondo se descuelga un río, que se había transformado en un torrente impetuoso por las lluvias extraordinarias de esta Semana Santa. Pasamos el lugar de San Roque, donde el dique, el más grande de su clase en todo el mundo, acababa de dar una prueba de su resistencia. Pasamos por Cosquin y La Falda, puntos principales, y bajamos á Capilla del Monte, centro de todo lo más pintoresco que ofrece el paisaje. Se ha formado un pequeño pueblo en el valle que atraviesa el río del mismo nombre, antes llamado Calavalumba. El suelo es accidentado y pedregoso en todas sus partes; por todas ellas aparece la roca primitiva, ya elevándose sobre la superficie, ya al nivel con ella ó de no como bloques aislados de tamaño más reducido. Entre las piedras nace una vegetación abundante, siempre que no la haya cortado la mano del hombre. Pasamos la noche del 23 de Abril, y el día siguiente, en una magnífica mañana de otoño, visitamos al señor Osear Doering, profesor de la Universidad de Córdoba y presidente de la Academia Nacional de Cien cias, á quien encontramos en su casa situada al otro lado del río. Se ocupaba en sacar cálculos astronómicos,  y pasamos á charlar de esto y aquello, y á su pregunta si ya habia visto los <<los morteros>> de Capilla, contesté que no. En su mérito, y guiado por él, visitamos aquellos antiguos restos de la población indígena que se encuentra en la banda norte del río. Nos despedimos con él compatriota y regresamos al hotel Victoria donde nos habíamos alojado, y en éste hallamos un baqueano que conoce otros morteros situados en la banda sud del río. Fuimos con él y de las exploraciones obtuvimos los apuntes que se reproducen enseguida.

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